Cocinar para una o dos personas puede parecer un desafío, especialmente cuando hay tantas recetas diseñadas para alimentar al menos a seis personas. Pero con algunas estrategias simples, puede adaptar fácilmente sus recetas familiares favoritas para que se adapten perfectamente a una familia más pequeña sin sacrificar el sabor ni la calidad. A continuación, le mostramos cómo hacerlo.
Comprender el escalamiento de recetas
El primer paso para adaptar las recetas es entender cómo reducirlas. La mayoría de las recetas se pueden reducir a la mitad o a la cuarta parte con relativa facilidad, pero es esencial tener en cuenta algunas cosas:
- Las proporciones importanSi bien es tentador simplemente reducir a la mitad cada ingrediente, es posible que sea necesario ajustar un poco ciertos elementos como las especias, los agentes leudantes (bicarbonato de sodio, polvo de hornear) y los agentes espesantes (harina, almidón de maíz). Comience con un poco menos de la mitad, luego pruebe y ajuste según sea necesario. Para los agentes leudantes, comience con aproximadamente un tercio menos de lo que sería la mitad y ajuste si es necesario.
- Tiempos y temperaturas de cocciónAl reducir el tamaño de una receta, los tiempos de cocción pueden variar. Por ejemplo, una cazuela más pequeña puede cocinarse más rápido que su contraparte más grande, así que esté atento a su plato mientras se hornea. Bajar la temperatura del horno a 25 °F puede ayudar a evitar que las porciones más pequeñas se cocinen demasiado.
- Ajustes del equipoElija utensilios de cocina del tamaño adecuado. Si utiliza una sartén, una fuente para horno o una cacerola más pequeñas, conseguirá una cocción uniforme y evitará que el plato se seque. Considere utilizar moldes para pan para hacer lasaña y guisos. Si no tiene moldes más pequeños, considere preparar el plato como se describe y dividirlo en porciones más pequeñas y congelar algunas para más adelante.
Utilice una báscula para mayor precisión
- Pesar los ingredientesPara pesar los ingredientes con mayor precisión, utilice una báscula de cocina, especialmente para hornear o preparar recetas complejas. Esto garantiza la consistencia y la precisión al dividir las recetas por la mitad o en cuartos.
- Líquidos de escaladoMida los líquidos por peso en lugar de por volumen para lograr una mayor precisión, especialmente con cantidades pequeñas donde las herramientas de medición tradicionales pueden no ser tan precisas.
Porciones de proteínas
Las carnes y las proteínas suelen ser las más difíciles de reducir, pero es totalmente posible con algunos trucos:
- Compre cortes más pequeñosEn lugar de un pollo entero, opte por pechugas, muslos o contramuslos de pollo. En lugar de un asado grande, elija un solo bistec, una chuleta de cerdo o un par de chuletas de cordero. Si comprar a granel le resulta más económico, divida las carnes en porciones más pequeñas y congélelas para usarlas más adelante.
- Carnes molidasCuando cocine con carne molida, como en salsa de chile o de espagueti, simplemente divida la cantidad de carne molida que indica la receta a la mitad o en un cuarto. Puede dorar toda la carne a la vez y luego congelar las porciones que no use para preparar comidas rápidas más adelante.
Estrategias inteligentes para el almidón
Cuando se trata de pasta, arroz o cereales, reducir la cantidad es sencillo:
- Guarniciones para porciones individualesCocinar porciones más pequeñas de pasta o arroz es sencillo. Mide la porción seca que necesitas y ajusta ligeramente el tiempo de cocción, si es necesario. La mayoría de los cereales y las pastas se cocinan de la misma manera independientemente de la cantidad, pero ten en cuenta la proporción de agua y cereales.
- Cocinar por lotesOtra opción es cocinar una tanda completa y usar las sobras durante la semana. Por ejemplo, cocine una olla entera de quinoa o arroz integral y úselo en ensaladas, salteados y como guarnición durante varios días.
Verduras y guarniciones
Cuando se trata de verduras, reducir la cantidad suele ser la parte más fácil:
- Asado para uno o dosLas verduras asadas son perfectas para porciones pequeñas. Simplemente use la cantidad que necesite, mezcle con un poco de aceite de oliva y condimentos y tueste en una bandeja para hornear más pequeña. Las sobras se pueden agregar a ensaladas, sándwiches o huevos revueltos.
- Salteado inteligenteLos salteados son otra gran opción. Use una pequeña porción de vegetales y proteínas y cocine todo en una sola sartén. El tiempo de cocción será más rápido, así que controle de cerca los ingredientes para evitar que se cocinen demasiado.
Ajuste de líquidos y salsas
Las salsas y sopas pueden ser un poco más difíciles de reducir debido a la forma en que los líquidos reducen y concentran los sabores:
- Empieza con algo pequeñoAl reducir a la mitad la receta de una salsa, comience con menos líquido del que cree que necesitará y agregue más según sea necesario. Pruebe a medida que avanza para asegurarse de que el sabor se mantenga equilibrado.
- Ajuste los condimentos con cuidado. En lo que respecta a los condimentos y especias, reduzca la cantidad que utiliza, pero hágalo con cautela. Comience con un poco menos de la cantidad proporcional, ya que la intensidad de algunas especias puede resultar abrumadora en cantidades más pequeñas. Siempre puede agregar más según sea necesario después de probar.
- Reducir la cantidad de aromáticos. Los ingredientes como la cebolla, el ajo y el apio proporcionan un sabor base para muchas sopas. Si bien debes reducir su cantidad, ten cuidado de no reducirlos tanto que la sopa pierda profundidad. Una cebolla pequeña puede ser suficiente para una porción grande, pero un cuarto o la mitad de esa cebolla puede ser suficiente para una porción más pequeña. También puedes considerar reemplazar la cebolla por una chalota cuando prepares una porción más pequeña.
- Reducir en lotesEn el caso de las sopas, considere preparar una tanda completa y congelar el excedente. Las sopas suelen congelarse bien y pueden recalentarse en porciones más pequeñas cuando sea necesario.
Almacenamiento de sobras
Por último, incluso si cocina para una o dos personas, puede terminar teniendo sobras. Acepte esta situación y planifique cómo utilizarlas:
- Congelar para más tardeMuchos platos, como guisos, sopas y salsas, se congelan bien. Divide las sobras en porciones individuales, congélalas y tendrás comidas caseras listas para comer cuando tengas poco tiempo.
- Reutilizar las sobras:Sea creativo con las sobras. El pollo asado se puede utilizar como aderezo para ensaladas, relleno para sándwiches o para saltear. El arroz que sobra se puede convertir en arroz frito o en un arroz con leche rápido.
Almacene los ingredientes de forma más inteligente
Incluso con la mejor planificación en el supermercado y en la cocina, algunos ingredientes pueden echarse a perder antes de que tenga la oportunidad de usarlos. Pruebe estas sugerencias para ayudar a mantener estos ingredientes frescos por más tiempo:
- Tocino. Enrolle una o dos rebanadas de tocino en espirales apretadas, coloque las espirales en una bolsa para congelador con cierre hermético y congélelas.
- Suero de la leche. Vierta porciones de ½ taza en vasos de papel pequeños dispuestos en una bandeja. Coloque la bandeja en el congelador hasta que el suero de leche esté completamente congelado. Luego, envuelva cada vaso en film transparente y guárdelos juntos en una bolsa grande con cierre hermético para congelador. Cuando esté listo para usar, descongele el suero de leche en el refrigerador.
- Hierbas. Añade 2 cucharadas de romero fresco picado, salvia, perejil o tomillo a cada sección de una bandeja de cubitos de hielo, luego cúbrela con aproximadamente 1 cucharada de agua. Congela la bandeja hasta que se solidifique, luego transfiere los cubitos de hierbas a una bolsa con cierre hermético para congelador y guárdalos en el congelador. Puedes agregar estos cubitos directamente a salsas, sopas o guisos.
- Manteca. Para evitar que absorba sabores extraños en el refrigerador, congele la mantequilla en su envoltorio original. Cuando la necesite, simplemente transfiera una barra a la vez al refrigerador.
- Vino. Mida 1 cucharada de vino en cada hueco de una bandeja de cubitos de hielo y congélelo. Una vez congelados, retire los cubitos de la bandeja, guárdelos en una bolsa con cierre hermético para congelador y agréguelos a su gusto a las salsas de la sartén.
Conclusión
Cocinar para una o dos personas no significa que tengas que abandonar tus recetas favoritas o conformarte con comidas insulsas y repetitivas. Con unos pocos ajustes, puedes disfrutar de la misma variedad y sabor que en hogares más grandes, a la vez que reduces el desperdicio y haces que la hora de comer sea más agradable. ¡Feliz cocina!